Act 1: Me presento y otras cosas

Sin ser yo física ni nada de eso, me atrevo a decir, porque lo dicen también los señores de la RAE, que un Hercio es una unidad de frecuencia del sistema internacional que equivale a un ciclo por segundo.

Yo soy Blanca Martín y he nacido en Ávila. Siempre me ha llamado mucho la atención el mundo del faranduleo, y empecé bailando ballet. No sé muy bien cómo, terminé por hacer las pruebas de acceso al conservatorio elemental de música, una especie de examen en el que 4 o 5 personas determinan en 10 minutos si tienes talento o no para estudiar en su institución. Me cogieron y en contra de la voluntad de mis padres, escogí uno de los instrumentos más grandes de la orquesta. 

-¿Estás segura de que no quieres una flautita o un violín?

- Pues no padres, quiero el chelo.

También me ha gustado siempre mucho leer lo que ha escrito otra gente y escribir alguna cosa. 

En el Bachillerato me puse a estudiar lo que habían dicho en griego y en latín señores que ya están muertos, y me resultó muy interesante. Claro, que eso debe ser extraño, porque en un instituto con 5 líneas de 30 personas cada una, la clase de humanidades estaba formada por 5 chicas. El curso siguiente se dejó de impartir la asignatura de griego, y hasta hoy, así estamos

Llegamos al momento de elegir qué iba a hacer con mi vida y me decanté por convertirme en una rascatripas profesional. Duré un año nada más solo con esto, porque como también me gusta escribir y las cosas de hablar, comencé  a estudiar Lengua y literatura, y en ello estamos (Así los que te preguntan que qué estudias, que música y qué mas, se quedan más tranquilos también y les pareces una señora fetén). 

Con respecto a la educación...llevo unos años dando clases particulares, con preferencia por los casos imposibles, esos que dan por perdidos, que me llevan a comerme el coco para ver qué puedo hacer pero que me motivan el doble. A estos chavales lo que les pasa es que les están obligando a funcionar a 442 Hz, y oye, quizá esta no sea la frecuencia en la que mejor funcionan.

También estoy metida en un mundo raro de gente que lleva pañoleta y uniforme,  el escultismo. Esto es un movimiento educativo que se encuadra dentro de la educación no - formal. Fui educando y ahora soy educadora, y me gusta fantasear con que algunos de los pilares de este movimiento como que el chaval sea el protagonista de su propio desarrollo o que se mueva en base  a sus centros de interés, se puedan trasladar a las aulas.

Actualmente, todos los instrumentos de la orquesta se afinan  442 Hz. Esto quiere decir, que la nota LA 3, que es la que se toma como referencia para afinar, tiene que vibrar 442 veces por segundo para que haya un mínimo consenso y la orquesta pueda sonar decente. No obstante, cuantas más veces por segundo suene la nota LA 3, más brillante será el sonido de la orquesta. Es por esto, que cada vez más frecuentemente las agrupaciones se están empezando a afinar a 443 Hz, 445.Hz..

Esto es un arma de doble filo, porque todo suena más brillante pero se pierden muchos matices tímbricos. Me parece que hay un paralelismo curioso entre esto y lo que pasa en los institutos, todos dentro de un mismo molde y cuanto más brillantes seamos mejor, entendiendo la brillantez en el sentido más estrecho de la palabra. 

Como friki de la música antigua, y con eso me refiero a la de los siglos de antes de Mozart y los señores más famosos, sé que antes se priorizaban los matices a la brillantez y que no existía un consenso en base a cuál debía ser la referencia en hercios para afinar el LA 3 porque entendían que cada instrumento era un mundo, no siempre los instrumentos se encontraban en el mismo contexto, estaban hechos de distintos materiales, pensados para unas u otras funciones...

Y nada, que me parece que, pensando que nuestros alumnos van a ser un poco los instrumentos que van a  cambiar y sostener el mundo de cuando nosotros seamos viejos, está bien darle una vuelta a la idea de en qué frecuencia les estamos obligando a vibrar para que puedan sonar lo mejor posible durante mucho tiempo, oye, aunque sea por puro egoísmo, o no, eso ya te dejo que lo elijas tú,