Act 3: Vamos a arreglar el mundo en lo que dura un café

 Imagínate que te dicen, te doy una tarde, júntate con un grupito de personas y esta noche me dices cuáles son tus soluciones para arreglar el mundo.

Pues eso es lo que hemos hecho, aunque he de decir que nos hemos centrado un poco más en cómo arreglaríamos el sistema educativo dada la condición de que recibiéramos un aporte económico extra

Lo primero que hemos dicho, es que quizá sería interesante pensar primero en qué podríamos hacer para arreglar el mundo sin esa partida de dinero. Así lo podemos utilizar para otras cosas, como por ejemplo , para que los dirigentes se vayan de vacaciones en aviones privados o para invertir en investigación (esto lo discutimos en otro momento si os parece).

Pero bueno, a nadie le amarga un dulce, así que, si dispusiésemos de más fondos para invertir en educación, ¿qué haríamos? ¿vaciariamos los stock de Apple para comprar una tablet a cada alumno?

La principal medida que hemos pensado ha sido la bajada de ratio de las clases, coincidiendo en que el número ideal de alumnos por clase rondaría entre los 10 y los 15 chavales.

Otra de las medidas sería invertir en formación del profesorado, pero convirtiendo esta en una formación reglada y evaluable, para que fuese tomada más en serio. Además, estas horas formativas deberían estar incluídas dentro del convenio de trabajo para que no existiese resistencia alguna para realizarlas.

Consideramos también muy importante reconocer como horas de trabajo el tiempo de preparación de las sesiones, para, de esta forma, poder asegurar que las clases que reciben los estudiantes son fruto de una propuesta educativa seria y de un esfuerzo por aplicar todos los recursos didácticos y pedagógicos de los que el profesor dispone.

Por otro lado, pensamos que para garantizar la igualdad y la equidad de todos los estudiantes es importante realizar una inversión en infraestructuras, pues en ocasiones, las zonas más humildes poseen también unas instalaciones  muy precarias.

Además, sería fundamental destinar más dinero a garantizar que la gratuidad de la educación sea efectiva, evitando a las familias gasto en libros o en material escolar.

Con respecto a las TICs, pensamos que invertir en ellas puede ser una buena opción siempre y cuando los recursos se utilicen con inteligencia y que los conocimientos por parte del profesorado para utilizarlos sean profundos. Si no, priorizaríamos todas las medidas anteriores antes de comprar una pizarra digital. Bueno, a no ser que alguien nos asegure que poniendo un cañón en clase, de repente se solucionan todos los problemas del aula. Si es así, no tenemos nada más que añadir.



Comentarios

  1. ¡Gran reflexión, Blanca! Es curioso cómo el mundo ha colocado la de profesión en una posición idílica. “Mira ese, es profesor, qué bien vive”, pero no se dan cuenta de las horas que hay detrás de cada jornada de clase, de las noches de preocupación por ese alumno que no consigues motivar,… por no hablar de otras situaciones más crudas que viven los docentes en las aulas y de las que es mejor no acordarse. Esto, claro, es desde el punto de vista social, pero claro, viene reforzado desde la economía con esa falta de inversión y esos ratios terroríficos que habría que cambiar como bien has dicho. ¡Nos leemos!

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  2. Me encanta, tocaya y paisana!! Me parece una gran reflexión. Gracias por compartir.

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  3. Enorme reflexión!! Gracias por compartir!!

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  4. Un profesor no tiene una jornada laboral en su centro de trabajo y ya está. Se lleva exámenes a casa a corregir, prepara clases para el día siguiente , etc...

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  5. Cuánta razón, acabo de ser consciente del estúpido gasto en tecnología que tenemos. Entiendo la facilidad que aporta, pero estoy contigo, no es una prioridad

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