Jornada de reflexión.

En las últimas elecciones, recuerdo cómo el día previo a meter mi papelito en una urna, no paraba de escuchar en la tele las palabras "JORNADA DE REFLEXIÓN"

Estas palabras martilleaban mis sesos porque me hacían sentirme mal por estar disfrutando de mi sábado y no estar cual ermitaña pensando en una habitación

Llegó un momento en el que no pude más, y me senté. Cogí papel y boli y empecé a escribir un soneto. Cumplo las normas clásicas excepto en uno de los tercetos, en el que encadeno dos gerundios que rompe  el esquema clásico a modo de una especie de "metáfora metalingüística" que simboliza que la emoción y la ulusión por un posible cambio desborda cualquier molde. 

Y bueno, esta ilusión que yo sentí aquel día por tener la opción de votar a los que iban a cambiar mi país, creo que puede ser una emoción mantenida en el tiempo a partir de ahora, porque me estoy dando cuenta de que he elegido una profesión en la que la que va a poder cambiar el mundo soy yo.

Ahí lo tenéis, pa´ disfrutarlo:

Esta noche el soneto se me antoja
como el único molde que me frena,
sueño con que España se desmelena
y se sacude toda la congoja.

Sueño con que la sociedad escoja
a los que terminen con la verbena,
sueño con el progreso que no frena
y mis sueños suenan a paradoja.

Este país entero está gritando agonizando,
que el pueblo puede conseguir proezas
y los oídos sordos provocando:

Que la gente se enfrente con crudeza.
Pero, si nos seguimos empeñando,
sobrevivirá con total certeza.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares